Las calles solas… mi alma sola… y sólo este papel como fiel confidente de mi soledad.
Escribo en la penumbra de mis caminos olvidados, entre pensamientos perturbados…, escribo sin escribir algo, sólo sé que aún te amo y me duele, me duele mucho esta agonía, pero acabo de aprender que así es el amor… doloroso, cruel, y despiadado en su momento, y a mí ya me tocó vivirlo.
Como quisiera que me abandonara, si es cuestión de tiempo como dicen muchos, que las agujas del reloj pasen velozmente y una mañana abra los ojos sin pensar en lo fatal que son los días sin ti.
O me hubiese gustado que me sucediera como al protagonista de esa serie en que le llega a la puerta de su casa el periódico del día siguiente, ahora no recuerdo el nombre… Que alguien o algo me anunciase el día anterior que esto sucedería y me dolería un montón… y así tomar la decisión de morir o vivir llorando… Es cierto, aún puedo decidir, pero soy masoquista y prefiero seguir llorando un río a tener que aguantar a millones de gusanos comiéndose mi cuerpo inerte, un metro bajo tierra.
viernes, septiembre 15
Publicadas por Marifé a la/s 4:19 p. m.
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