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(y me bautizó con otro)

Dejaré de ser la reina de os
Aunque confío en que sigo siéndolo, pues un título real no expira de un día para otro, ni mucho menos es reemplazado, pero creo que es mejor así.

Mientras fui la reina de os experimenté los mejores avatares de mi vida, y he vivido las cuitas más nostálgicas que las del mismísimo joven Werther (que me disculpe el señor Goethe si lo ofendo)… siendo la reina de os comencé este blog, que me niego a clausurar, porque aún las ventanas siguen abiertas, y aún no logro cerrarlas (porque EL AMOR NO SE DESVANECE, ni se disuelve en el agua de mis lágrimas)…

Como esos cuadros que aún están por colgar como el mantel de la cena de ayer,

siempre esperando que te diga algo más y mis sentidas palabras no quieren volar.

Lo nunca dicho se disuelve en un té como el infiel dice "nunca lo haré",

siento que estoy en una cárcel de amor, me olvidarás si no firmo mi declaración.

Me abrazaría al diablo sin dudar por ver tu cara al escucharme hablar,

eres todo lo que quiero pero te pierdo en mis silencios.

Mis ojos son dos cruces negras que no han hablado nunca claro,

mi corazón lleno de pena y yo una muñeca de trapo.

Cada silencio es una nube que va detrás de mí sin parar de llorar,

quiero contarte lo que siento por ti y que me escuche hablar la luna de enero mirándote a ti.

No tengo miedo al fuego eterno tampoco a sus cuentos amargos,

pero el silencio es algo frío y mis inviernos son muy largos.

Y a tu regreso estaré lejos entre los versos de algún tango

porque este corazón sincero murió en su muñeca de trapo.

* fragmentos de Muñeca de Trapo,
La oreja de Van Gogh.

Ahora simplemente seré una Muñeca de trapo,
Sin preposiciones que indiquen posesión…
pero seguramente con las mismas lágrimas,
durante quién sabe cuánto tiempo más.